Las quemaduras son lesiones de la piel debido al contacto de distintos agentes como el calor, la electricidad, frío, sol, productos químicos o la radioactividad.
- Quemaduras térmicas: cuando la piel entra en contacto con materiales calientes, líquidos hirvientes, vapor o fuego y hacen que aumente la temperatura de la piel y los tejidos, provocando la eliminación de los mismos.
- Quemaduras químicas: debidas al contacto de la piel o los ojos con ácidos fuertes, detergentes o disolventes.
- Quemaduras por radiación: aquellas que se deben a la exposición prolongada a los rayos X y/o a los rayos producidos por el sol.
- Quemaduras eléctricas: provocadas por corriente eléctrica.
La profundidad de una quemadura, va ligada a las capas de piel afectadas (epidermis, dermis e hipodermis).
- Quemaduras de primer grado (superficiales): Afectan a la capa más externa de la piel (epidermis). Se caracteriza por un enrojecimiento de la piel que duele al contacto, pero no presenta ampollas. Las más frecuentes a encontrar son las provocadas por una exposición prolongada al sol.
- Quemaduras segundo grado: son mas profundas y se caracterizan por la aparición de ampollas.
- Quemaduras de tercer grado: estas quemaduras destruyen la dermis y la epidermis, es decir, se destruye la piel en profundidad. Su color tiende a ser blanquecino o carbonizado. Pueden dañar los huesos, músculos y tendones, y no existe sensibilidad ya que de destruyen las terminaciones nerviosas.
Es importantísimo considerar tanto el grado de la quemadura como la superficie del cuerpo afectada, para poder determinar si la persona necesita la ayuda de un especialista.
En primer lugar , se aconseja poner la quemadura bajo agua fría durante unos minutos, para limpiarla y calmarla. Si hablamos de quemaduras superficiales (leves), una de las recomendaciones es aplicarse Aloe Vera, un gran remedio para aliviar el dolor, reducir la inflamación y enrojecimiento y para prevenir las infecciones.
Si por el contrario, nos encontramos con una quemadura de segundo o tercer grado, el consejo es acudir al médico, ya que el mismo valorará que tratamiento es el adecuado.