El paso del tiempo deteriora la piel del rostro, perdiendo firmeza y volumen y dando lugar a la aparición de arrugas y líneas de expresión. El síntoma más característico es la aparición de pliegues o surcos en la piel, patas de gallo, papada, manchas, etc.
A medida que envejecemos se produce una reducción de las sustancias que mantienen nuestra piel lisa; colágeno y elastina. El volumen de la piel disminuye y la unión de la dermis – epidermis es más fina, perdiendo el tono de la piel. A su vez se produce un desgaste celular que se debe a la progresiva falta de hidratación natural y la de absorber agua.
Ademas del envejecimiento existen otros factores que contribuyen en la aparición temprana de arrugas en el rostro.
- Falta de sueño: mientras dormimos es cuando el cuerpo genera mayor producción de colágeno y la reparación del mismo. Si descansamos poco, no le da tiempo a la piel a recuperar el daño.
- Malos hábitos alimenticios: La alimentación desequilibrada y pobre en alimentos frescos provoca una falta de nutrientes que se verá reflejada en la producción de las sustancias que forman parte del tejido conectivo.
- Sedentarismo: Si no practicas ejercicio a menudo se acelerará aún más el deterioro corporal y de la piel.
- Fumar: El tabaco reseca la piel y afecta de manera directa a su elasticidad, provocando la aparición de arrugas.
- Exposición al sol: Tomar el sol de manera exagerada y sin protección provoca la acentuación de las líneas de expresión.
Para combatirlas ayúdate de productos naturales especiales para arrugas, así como de llevar hábitos de vida saludables.